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14 DE AGOSTO

 

El domingo 14 de agosto, para rememorar e investigar sobre el patrimonio etnológico  de Cirat, se organizó una ruta por los 4 molinos siguiendo el trazado principal de las acequias.

Desde la plaza de la Fuente nos dirigimos al paraje del Molino por el camino de la depuradora.


Se repartió a todos los participantes la revista que publicó la asociación en el 2016 con la información recogida de la historia de los cuatro molinos por aquél entonces  y que enlazamos a continuación:

LOS 4 MOLINOS DE CIRAT

En esta ocasión, Vicente Izquierdo "Molinero", hijo de uno de los últimos molineros que hubo en Cirat, nos acompañó en la ruta y nos explicó muchos nuevos detalles de los molinos. La primera parada fue el lugar donde se encontraba antiguamente el molino del Tío Chirres:

Tras visitar las ruinas del molino del Tío Chirres, nos aproximamos a la zona de baños del Molino desde donde se explicó lo que se sabía del molino del Tío Ramón y de las acequias que regaban las huertas de la Viña Vieja.

El Molino del Tío Ramón era el más antiguo del pueblo. Se encuentra ubicado al otro lado del río frente al pozo de Royas a poca distancia de la zona de baños del Molino, pero su acceso es difícil desde allí.  Desde el Collao Blanco se pueden ver las ruinas.

Los descendientes del Tío Ramón procedían de Almazora donde tenían un molino propio. Su padre les montó un molino a cada uno de los hermanos en diferentes pueblos del Alto Mijares y a Cirat mandó a Ramón. A las hijas del tío Ramón se las conoce en Cirat como "las molineras".

Frente al pozo del Molino pudimos observar la construcción de la acequia que va pegada a la montaña y que llevaba el agua al molino del Tío Ramón. 

La otra acequia parecida a esta y que está construida a una altura impresionante, es la que llevaba el agua a las huertas de la Viña Vieja. Esta acequia está incrustada en la roca de la montaña y la primera parte de la construcción se puede ver en la montaña del pozo de Royas, pero llega mucho más abajo hasta las huertas. 

Esta acequia dejó de funcionar cuando la empresa Hidroeléctrica compró todas esas tierras a los propietarios para la construcción de la presa de Vallat y por tanto, al no trabajarse las huertas, la acequia quedó inutilizada.

                      

Tras un pequeño almuerzo, nos dirigimos hacia los otros dos molinos, el del Pueblo y el de los Périz, siguiendo los senderos de la huerta y el trazado de las acequias. En la ruta nos acompañó parte de los componentes de la junta de regantes que nos explicaron, in situ, el trazado de la red de acequias y las peculiaridades del sistema de regadío de la huerta de Cirat. 




Continuamos la ruta hacia el molino del Pueblo y el molino de los Périz.


Una vez allí, Vicente nos explicó como funcionaba el molino de los Périz, además de algunas anécdotas de cuando vivió allí de pequeño con sus padres y que se pueden escuchar en el siguiente video:  


Por la tarde, continuamos recogiendo información interesante de la memoria viva de Cirat  en la Charla-Coloquio realizada en el salón multiusos bajo el título " El objeto con historia de mis antepasados"

Además de información acerca de la utilidad de objetos antiguos tradicionales, en el coloquio afloraron muchos recuerdos del Cirat antiguo. Se habló de la cantidad de plantas con propiedades medicinales que tenemos en los montes del término de Cirat y que se podrían catalogar.  También se recordó la antigua fábrica de aceite de espliego, que había en el paraje del Molino y que estuvo en funcionamiento hasta principios de la década de los 60, donde se llevaban grandes cantidades de espliego para sacarle su esencia y luego se vendía a la capital para hacer colonias. Explicaron que por aquel entonces en todos los montes, que estaban muy trabajados, crecía mucho espliego, se recogía en fardos y las caballerías los llevaban a la fábrica donde con unas calderas-alambiques se extraía su esencia.

También se explicó que habían varias fábricas de aguardiente en el pueblo, que estaban ubicadas en las huertas que hay junto a la "carretera de abajo" y de las que aún quedan algunos restos de sus construcciones; pero los asistentes no recordaban más detalles al ser mucho más antiguas.

Para clausurar las actividades de las XI jornadas culturales, por la noche, en el salón multiusos,  disfrutamos con la obra de Teatro "Un mes tú, un mes yo" de la compañía Amigos del teatro.    



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